Para
no quedarnos atrás con esta fiebre mundialista y reconociendo que Brasil tiene
como religión el futbol, decidí investigar para ver qué cosas tiene que ofrecer
en la suculenta área que me interesa.
Los vinos.
Por razones principalmente climáticas, Brasil no es el
territorio idóneo para la producción de vinos, sus extremosos veranos, húmedos otoños
y calurosos inviernos, Brasil no es una sede vinícola. Pero aún así hay un par de lugares donde se
han esmerado por dar el mejor cuidado y trato a la vid para que desarrolle
características autóctonas y especiales
para hacer vinos de calidad.
Por estas razones los Brasileños no son unos tremendos
consumidores de vino, pero debido a que muchos son descendientes de Europeos, por ahí hay un porcentaje de la población que
tiene esta cultura del vino un poco arraigada principalmente por la tradición.
En las últimas
décadas el consumo del vino se ha ido popularizando en todo el territorio, lo
que ha provocado que las antiguas productoras vitivinícolas que solo producían para
el auto consumo, poco a poco han ido incrementando sus producciones locales a
algo más industrial permitiéndoles así competir a nivel internacional.
En la actualidad existen varias zonas productoras, por
ejemplo, La región de la Sierra de Santa
Catalina, el sur de Minas Gerais, Paraná o incluso zonas más cálidas como Bahía
Pernambuco. Sin embargo, los mejores
vinos se produzcan en Río Grande del Sur, el estado más frío del país, cercano
a Uruguay.
Durante muchos años, sólo un bajo porcentaje de la
producción de vino brasileño se elaboraba de uvas nobles, es decir de la
variedad de Vitis Vinisfera con la que se producen generalmente los vinos. Con el paso del tiempo y el establecimiento
de compañías vitivinícolas en las zonas más importantes del país se registra un
cambio gradual en la variedad de vid, y por lo tanto una mejora considerable en
la producción de vino.
Las principales vides que se acomodan a éste territorio es
el Cabernet Sauvignon en su mayoría, complementando el total con Merlot, Gamay, Syrah, Tannat y Cabernet
Franc; y las blancas, Chardonnay, Riesling, Sauvignon blanc, Moscatel.
Lo cierto es que el vino espumoso es el que tiene mas fuerza
en ésta región, más de 400 bodegas se dedican a su producción, siendo el tipo
de vino que mas reconocimientos internacionales ha obtenido. La acidez de las uvas es la mejor garantía para
tener un excelente espumante, fresco y súper alegre, vivaz y lleno de
sorpresas.
La mayoría de los productores utilizan el “método charmat” pero
algunos otros ya usan el método “champenoise”
que da mayor complejidad.
Tal vez pocos sepan que en Garibaldi y Bento Gonçalves, son
las ciudades donde se esconde el paraíso de los vinos espumantes, ambas forman
parte del estado de Río Grande Do Sul; éste estado es uno de los mas
europeizados del país, en medio de paisajes y arquitectura muy alejada de la
postal brasileña, pareciera que todo se conjunta para ser el lugar idóneo para
los vinos.
Garibaldi, fue la primer colonia establecida por italianos,
y es conocida como la capital del espumante, gracias a que su producción aporta el 80% de vinos espumosos
del país. Cabe destacar la Vinícola
Garibaldi que en sus instalaciones se produce el espumante de moscatel mas
premiado de Brasil.
En 1899 llega al sur de Brasil el italiano, Manuel
Peterlongo, quien comienza a elaborar la deliciosa bebida, bajo el método
champenoise, (procedimiento francés cuyo creador de la el nombre a la famosa
Champagne “Don Perignon”) quien da vida
a la primer champaña brasileña en 1915, siendo la única bodega autorizada de
utilizar el nombre de “Champaña” fuera de territorio francés.
Bento Gonçalves es la capital brasileña del vino, también llamada "Ciudad de los Sentidos"; hoy con denominación de origen, es el territorio que tiene mayor concentración de vi;as en el país y se producen los vinos de mayor calidad, aunque también se llegan a producir los "Coolers" típicos de Brasil que son muy dulces y livianos.
La Asociación Brasileña de Enología, se fundó en 1976 con el objetivo principal de impulsar la cultura vitivinícola del país y regular también la relación entre enólogos, sommeliers y consumidores, además de mejorar técnicas, impulsar capacitaciones y apoyos para todos los involucrados en la producción del vino en Brasil y así avanzar juntos y permanecer vigentes. La economía gira en torno a ferias temáticas, visitas guiadas a las vi;as y la generación de una extensa variedad de productos asociados al mundo vitivinícola, desde cosméticos, textiles, adornos y golosinas.
El mundo del vino en
Brasil, está sumamente consciente de que tiene vecinos productores de vino de
excelentes reputaciones, que desde hace tiempo vienen logrando unas verdaderas
maravillas, pero, aún así es momento de darle la oportunidad a los vinos
brasileños y apreciarlos por sus características y estándares y seguramente nos
llevaremos muy gratas sorpresas.
Y bueno, al final de todo, siempre se pueden fusionar gustos, pasiones y demás experiencias, y obvio no podían faltar los vinos representativos del mundial.
SALUD!!!!